La Abeja, la Flor y el Elefante en el Hatillo (2008)

Independientemente de quien resulte elegida como alcaldesa del Municipio El Hatillo, podemos estar seguros de que entrara una especie de aire fresco, solo asimilable al que la naturaleza nos da en las mañanas en nuestro municipio. Será el comienzo del fin de las obras pagadas y no ejecutadas o las pesimamente ejecutadas. Será el fin de los contratos y las comisiones para «tapar huecos presupuestarios».
Es una nueva oportunidad de comienzo de una verdadera organización vecinal y comunal de contraloría por parte de los ciudadanos, ya que se presume casi con certeza que la Contraloría Municipal del Hatillo era similar a la Contraloría General de la República, es decir, no auditaba, ni controlaba nada de la gestión municipal de gobierno.

Sera el fin de un ciclo de estrés para los funcionarios actuales, que ya no se preocuparan por la mala fama que crearon como dirigentes locales, pero será el comienzo de la angustia de que sean descubiertos antes de su prescripción cualquiera de los delitos que pudieran haber cometido.

A los funcionarios salientes cuyos familiares cercanos han comentado que no tendrán la necesidad de trabajar más nunca en su vida, les vamos a recordar el famoso cuento hindú de la abeja y la flor, en el que se relata que una abeja se quedó una vez dentro de una flor y empezó a chupar su néctar día y noche; empezó a divagar y a pensar que pasaría toda su vida allí, invitando a todos sus familiares a disfrutar de tal festín. De repente paso un elefante y se comió a la flor y por su puesto a la abeja que estaba abstraída en su errada y limitada percepción de solo su vida y «su mundo». Quienes dirigieron a este municipio viven en las mejores zonas del mismo y van a vivir las calamidades de aquel al que se atrevieron llamar el municipio más seguro, con dos patrullas activas de día. Vivirán al igual que los demás vecinos, las colas, y la desesperación de movernos de nuestras casas cada vez con más dificultad. Se quedarán estos futuros ex-funcionarios regocijándose en la flor de lo mal habido, sin acordarse que en cualquier momento el elefante de la delincuencia, el de la inseguridad vial o de la sobre población les arrebatara la paz a ellos a alguno de sus familiares.

La ineficiencia, ineficacia de los políticos no es una falla del elector en el acto del voto, es una falta de control y supervisión de sus proyectos y planes de gobierno.

Hagamos lo propio en revisar cada seis meses los planes de gobierno del candidato que gane y exijamos resultados en vez de esperar para castigar en unas nuevas elecciones.

Raymond Orta

Editor

ElHatillo.Org