La extorsión acecha desde la cárcel – Entrevista a Monica Fernandez y Raymond Orta – Elmundo.com.ve

 

Entrevista  Raymond Orta El Munco 03 Febrero 2009

La extorsión acecha desde la cárcel 

Desde las entrañas de los penales venezolanos los reos no dejan de comunicarse con el mundo exterior. Celulares y conexión a internet convergen como «armas» tecnológicas para seguir delinquiendo 

 

ANTONIO DÍAZ ESPEJO

adiaz@cadena-capriles.com   

Según el especialista, Raymond Orta, es necesario anular la señal móvil de los internados nacionales /CARLOS RAMÍREZ  

Caracas. Mariela Pinto ofrecía un local comercial en Chacao para traspaso desde un portal inmobiliario en internet. Un supuesto interesado en la propiedad la contactó por celular y le dijo que se trasladaría desde Barquisimeto, con familia y todo. Pidió un número de teléfono fijo adicional para llamarla. Primer error. 

La propietaria accedió y le su- ministró el número de su casa. Acordaron verse en un sitio seguro y céntrico, ¿por qué no el San Ignacio? Mientras, otro sujeto llamaba a Mariela: «Aló… tenemos secues- trado a tu hermano. Somos sicarios y si nos apagas el celular lo matamos», le dijo el desconocido. 

Al mismo tiempo, una persona que se hizo pasar por un «amigo de la infancia» de su hermano llamó al teléfono de la casa y solicitó que le facilitaran el número celular de su «amigo». «Mi madre de buena fe cayó, aunque sintió algo extraño en la voz del hombre», dice Alfredo Pinto, hermano de Mariela. (*) Alfredo recibió al rato una lla- mada misteriosa, de la que se zafó de manera expedita. Pero el intento de extorsión no se hizo esperar. 

Bastaron sólo 20 minutos para que volviera a llamar el mismo sujeto misterioso asegurando que su hermana estaba secuestrada. 

La víctima optó por apagar su teléfono -hizo bien- porque ya co- nocía de varios casos con igual modus operandi en el que exigen el pago de rescate con la compra de saldos telefónicos prepago. 

En medio del desespero, decidió encender su celular y, en eso, su hermana que supuestamente estaba secuestrada, lo llamó. Fue cuando descartó el móvil delictivo. 

 

DELITO GLOBAL 

En Colombia, México, Brasil y Argentina este delito es conocido como «secuestro virtual». Así lo señalan los medios de la región que, por cierto, le adjudican la invención de este ilícito a los reclusos argentinos. 

¿El modus operandi? El mismo de Venezuela. Un recluso «bien informado», convertido a pirata informático, indaga ávidamente en las redes sociales electrónicas para seleccionar a su potencial víctima. Un vendedor de vehículo, un usuario de facebook, un directorio profesional en internet, un anuncio clasificado en prensa o una guía telefónica ofrecen información personal de alta valía para el reo que sigue delinquiendo tras las rejas. 

La negociación o el pago del su- puesto rescate consiste en solici- tar la compra de saldos telefónicos con montos que van desde uno a seis mil de bolívares fuertes. 

Aunque, según fuentes extraoficiales, la petición económica ha rondado los 30 millones (de bolívares antiguos) sólo en códigos telefónicos, los cuales son transmitidos por esa misma vía a un preso que simula ser un captor. El negocio está en luego revender el saldo en la cárcel por dinero contante y sonante. 

«POR FON» 

Juan C. es un recluso que cuenta con conexión a internet desde uno de los 30 penales venezolanos. Paga y obtiene. Y como él, muchos. 

Algunos lo usan para comunicarse, aprender, leer, estudiar; pero otros, para cometer fechorías. 

El reo explica que «aquí hay gen- te que desde que entra está plani- ficando el próximo delito que va a cometer. Algunos salen libres con datos exactos de la jugada que harán, mayoritariamente son secuestros y robos». Sin embargo, según lo que ha visto, la planificación se hace «por fon». Léase: celulares. Desde allí se efectúan los contactos, incluso entre reos y bandas afuera, también las extorsiones. «Aquí hay gente de todo tipo, hay quienes nunca se arrepienten de nada, que siguen siendo delincuentes toda su vida». 

 

Según el criminólogo y ex fun- cionario de la antigua PTJ, Javier Gorriño, las personas involucradas en este delito, tipificado en Venezuela como secuestro extorsivo, están siendo juzgadas o penadas por diferentes tipos de hechos criminales. Entre las causas de la práctica extorsiva, Gorriño destaca el ocio reinante barrotes adentro. 

«No tienen trabajo. Son personas sin oficio que están pensando las 24 horas en cómo delinquir mejor». 

En cuanto a las víctimas, Gorri- ño refiere que muchas prefieren pagar y no denunciar por temor al «por si acaso». «Siempre va a quedar la duda de si van a atentar o no contra tu vida», asegura el experto. 

UN CRIMEN ORGANIZADO 

Para la abogada y ex directora de Prisiones, Mónica Fernández, la extorsión cometida desde los centros de reclusión deviene en crimen organizado con variadas modalidades y reconoce su incremento desde hace tres años. Desde el punto de vista del afectado, Fernández agrega que las mujeres tienden a ser más vulnerables. 

De acuerdo con la ex jueza pe- nal, la extorsión carcelaria se ha convertido en un negocio rentable para el delincuente. La utilidad que reporta a través del pago de rescate, producto de la extorsión, se utiliza no sólo para continuar operando sino para la compra de droga. 

En este sentido, la realidad car- celaria no parece haber mutado y, por el contrario, parece haberse diversificado hacia nuevas aristas como la tecnología. 

A juicio del criminólogo y ex ministro de Justicia, Fermín Mármol Léón, la rentabilidad del delito dentro del mundo carcelario deviene en «una industria» a varias manos, en la que intervienen fiscales, abogados y los funcionarios policiales. 

HABLA EL PERFIL PERSONAL 

Si de redes sociales se trata, Fernández advierte a los usuarios de internet acerca del mal uso de la red y de los datos personales. 

«Somos irresponsables con el uso de la tecnología pero al mismo tiempo pecamos de inocentes». La experta recomienda no suministrar la dirección personal por ningún medio y destaca el alto riesgo de facebook por la cantidad de información personal que se comparte y que un recluso podría estar monitoreando desde algún penal. «Es muy fácil extorsionarte a través del Facebook. 

Dónde vives, adónde viajas, qué sitios frecuentas, dónde trabajas», entre muchos otros datos. 

Para efectos de anuncios clasi- ficados particulares en prensa y por la red, la abogada sugiere que se indique únicamente la zona y bajo ningún concepto, la dirección completa. 

SALDOS PARA REVENDER 

«Las mafias no necesitan verse las caras para operar», es la tesis del experto en seguridad y editor del portal web www.contraelhampa.com, Raymond Orta. El también abogado coincide con Fernández en que se trata de crimen organizado y agrega que éste utiliza la «ingeniería social» de internet para cometer delito. 

Orta advierte, además, que en- tre los diferentes retenes podrían estarse comunicando las bandas. 

Y va más allá, afirma que los saldos telefónicos que son exigidos a las víctimas de extorsión son revendidos a los otros presos dentro de un gran mercado negro telefónico a un costo que puede rondar los Bs.F. 20 el minuto. 

Pero, en medio de lo prohibido y lo permitido desde una impuni- dad carcelaria que lesiona la seguridad, la integridad física y hasta la vida de quienes gozan de libertad, el experto informático brinda una medida más pragmática: «Para empezar, los reos no deberían tener acceso a la red celular ni de internet». Respecto al derecho de la población reclusa a estar comunicada con el mundo exterior, Orta señala que las llamadas deben hacerse a través de teléfonos públicos pero siempre «sometidas a revisión o grabación, previa advertencia al penado». 

SOLUCIÓN TECNOLÓGICA 

El experto recomienda anular la señal de telefonía celular dentro de todas las instalaciones carcelarias para neutralizar la actividad extorsiva por parte de los reos. Para ello, Orta menciona un dispositivo conocido como «bloqueador o inhibidor de señal celular», compatible con red GSM y Cdma. 

«Allá es un mundo diferente. Desde la cárcel se planifica todo», confiesa un comisario activo de la Policía Metropolitana (PM) que prefirió no ser identificado. 

Para el funcionario, en el sub- mundo penitenciario todo tiene un precio y muchos de los jefes de bandas que se encuentran recluidos se comunican vía celular para que un contacto externo ejecute una orden. 

El porte del móvil está prohibi- do dentro del sistema peniten- ciario venezolano. Tanto, que durante las visitas a los presidiarios, los familiares no pueden ingresar con los dispositivos telefónicos. 

Por su parte, las requisas carcelarias pueden hacerse hasta dos veces en un día y así como se han decomisado subametralladoras, escopetas y revólveres, también los celulares y laptops figuran en las incautaciones que, como círculo vicioso y a un costo determinado son tarifados por el inframundo carcelario. Es simple. La próxima víctima sólo está a un pulso de un send o un click. 

¿Solución personal? Si ya publi- có sus datos y se convirtió en po- tencial blanco de un antisocial, le quedan escudos: no conteste preguntas a extraños, no atienda a números desconocidos, no aporte datos personales de usted ni de su familia, y no dé por cierto nada 

MANTÉNGASE ALERTA 

Evite ser extorsionado 

Al otro lado del teléfono 

Envíe un mensaje de texto a su grupo familiar para descartar un posible secuestro. Utilice palabras claves que sólo conoce su familia. 

Si se confirma la retención de la persona, entonces denuncie a las autoridades. 

Al publicar un aviso clasificado en prensa o por internet 

No coloque el número telefónico de casa ni ningún dato de su domicilio. Al momento del contacto telefónico solicite todos los datos posibles al interlocutor y confírmelos antes de la negociación. 

En Facebook 

Absténgase de publicar su perfil personal. Desde la configuración de seguridad del portal seleccione como «no público» sus datos personales. Configure sus fotos para que no sean vistas por «los amigos de los amigos». 

Fuente: Raymond Orta www.contraelhampa.com